jueves, 12 de febrero de 2015

T 11: Sitemas ciencia-tecnología-sociedad

¡Hola a todos y todas!

En esta entrada voy a tratar el tema de las relaciones entre conocimiento científico, tecnología y sociedad. Mis reflexiones se originan a raíz de la lectura de los siguientes artículos: "El sistema español de I + D", de Javier López Facal, "El sistema español de ciencia y técnica" de Ángel Pestaña y del Estudio del Instituto Nacional de Estadística "Ciencia, Tecnología y Sociedad". Para las reflexiones finales he elegido el tema del "Informe de Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología" de 2012, elaborado por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología.

Ante todo me gustaría destacar como España, aunque haya experimentado en los últimos treinta años un considerable crecimiento en la inversión en investigación en la actualidad, se sitúa todavía debajo de la media de los países de la Unión Europea por lo que concierne al porcentaje de PIB que se invierte en I + D. De hecho, según los datos de Eustat, el Insituto Vasco de Estadística (http://www.eustat.es), en 2013 España inviertió el 1,24% del PIB (Italia el 1,25%: somos primos hermanos también en este aspecto), al frente del 2,02% de la media EU-28. Los tres países más virtuosos superan el umbral del 3%: Suecia (3,21%), Finlandia (3,32%) y Dinamarca (3,05%). De la misma manera, es interesante hacer referencia al dato del País Vasco, que con el 1,99% del PIB, está muy cerca de la media comunitaria de inversión.

Según el estudios del INE, España lleva un retraso de 10 años respecto a Europa y hay que invertir más recursos, pero también organizarlos mejor y de manera más eficiente, evitando inútiles desperdicios.

Además hay que señalar la escasa importancia del sector empresarial frente al público, con un 50% de la inversión en I + D, mientras que en países como Alemania, Francia, Reino Unido, Estados Unidos y Japón la inversión del sector privado es preponderante. Hay una tradicional miedo por parte de la empresa privada a invertir. Por otra parte la Universidad ha aumentado notablemente su peso en la investigación, de manera que la el sector público tiene una presencia muy importante en la financiación de la investigación científica.

A este proposito me pregunto varias cuestiones: ¿Siendo los doctores y las doctoras las personas con el más alto grado de formación, por qué las empresas no aprovechan de este capital humano? ¿Hay un problema de falta de coordinación entre las universidades y las empresas? ¿Los doctores y las doctoras tienen una formación excesivamente teórica que no interesa a las empresas?

Otro aspecto problemático es la llamada "paradoja europea": en Europa es donde se producen los mejores resultados del mundo por lo que concierne a la producción científica, la calidad de las publicaciones y los costes. Sin embargo, el número de patentes es inferior al de países como Estados Unidos o Japón. Esto significa que los europeos tenemos menor capacidad de transformar los resultados de las investigacionens en innovación. Es decir, la debilidad reside en la letra "D" de "desarrollo" de la formula "I + D".

Hay que hacer hincapié sobre el hecho de que en el modelo integrado de ciencia-economía-sociedad en el que vivimos, la sociedad es un componente muy importante, capaz de influir sobre el tipo de inversión económica en investigación y además actuar como grupo de presión para cambiar determinados aspectos de la investigación. Un ejemplo es el de la experimentación con animales. Gracias a la presión de la Coalición Europea para la Abolición de los Experimentos en Animales (ECEAE), el 11 de marzo de 2013 ha entrado en vigor la segunda y última fase de la Directiva 2003/15/CE, que prohíbe la comercialización e importación en el territorio comunitario de productos e ingredientes cosméticos sometidos ensayos con animales.

Por lo que concierne el impacto social de la ciencia, opino que la investigación no tiene que estar justificada solamente por intereses económicos y comerciales, sino que hay que tener en cuenta otros factores, como
el desarrollo sostenible y el respeto del medio ambiente, el reparto equitativo de la riqueza y la mejora de las condiciones de vida de la población. En mi opinión no tiene mucho sentido que un País sea líder en innovación científica y que produzca un gran número de patentes si solamente una parte de su población (las clases más acomodadas) pueden acceder a ellas, mientras que la otra que dispone de menores recursos esté excluida. Los resultados de la  investigación y los productos de la cultura científica tienen que ser compartidos en igualdad de condiciones, para contribuir al avance de la sociedad entera.

Para concluir, otro aspecto interesante es el de la cultura científica de los ciudadanos, es decir, que el saber científicos no se quede solamente a disposición de unos pocos elegidos, sino que es importante que la generalidad de la población tenga un nivel de conocimiento suficiente para poder discernir y opinar acerca del mundo científico y del impacto y de los efectos de la ciencia sobre su entorno y vida cotidiana.

A este propósito, si se leen los resultados del Informe acerca de la percepción de la ciencia y tecnología por parte de la población española elaborado por la FECYT de 2012, se ve como en general el interés para este campo del conocimiento ha ido aumentando a lo largo de los años. Esto quizás se debe a la gran difusión de las nuevas tecnologías que no facilitan la vida cotidiana y se han vuelto indispensables para nuestra existencia. En general "ciencia y tecnología" despierta un interés similar a "arte y cultura", "economía y empresa", "educación o política", pero por lo que concierne al interés informativo, pierde posiciones. Sin embargo resiste y puntúa más que las áreas de politica y economía. Por lo que concierne el grupo de edad más interesado, son los jóvenes entre 15-24 años los que se declaran más atraidos por cuestiones científicas. En general, aunque se asocie el conocimiento científico y tecnológico al desarrollo econónomico y la mejora de la calidad de vida, el 41,9% de los encuestados declara poseer un nivel de conocimiento científico-tecnológico bajo.

En la esperanza de que tanto España como mi País lleguen lo más antes posible al objetivo fijado por el Consejo Europeo de Lisboa en 2005, es decir, llegar a un la inversión en I + D del 3% del PIB, os saludo.

Ciao!!!





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